Como actor y director participó en la grabación de más de 200 programas de radio-teatro para Radio Universidad (UNAM). Sus discos incluyen más de veinte títulos, entre los que se encuentran tres de la serie «Voz viva de México» (en que recita poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, Gilberto Owen y Amado Nervo) y «Cuento de Navidad», farsa teatral de Emilio Carballido.
Sin embargo, la actividad que más lo ha caracterizado en público es la de cantante, a la cual pertenecen la mayoría de sus discos y por la cual es conocido internacionalmente. Sus presentaciones incluyen recitales en el Festival de la OTI, el Polyforum Cultural Siqueiros y el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en el Festival de la Canción de Protesta, el Festival de Varadero y el Palacio de Bellas Artes de Cuba; en la Plaza Colón de Madrid, España, etc.
Es difícil decir cual arte hace artista a Oscar Chávez; no porque haya que decidir entre la actuación o la Dirección Teatral, la poesía, la composición o el arreglo musical. No, incluso eso resultaría sencillo, es difícil, en cambio, porque en él todas estas actividades provienen, en parte, de una fuente que hoy nos parece extraña: el oficio y la dedicación paciente a todos los aspectos de cada actividad. La dirección de una obra de teatro, por ejemplo, no está escrita para él en un dialecto distinto del de la actuación; componer una canción o hacer el arreglo musical de otra no pertenecen a dos clases distintas de actividad.
Suele decirse que el oficio y el talento se dan en grandes cantidades, pero siempre separados; raramente la disciplina sobrevive al talento; pocas veces al talento aparece en medio de lo que se aprende en los salones de clase o en los desvelos de los investigadores. Mientras más esté uno convencido de estas afirmaciones, más sorprendente le parecerá que Oscar Chávez no haya abandonado el rigor en nombre de una fácil carrera de éxitos. Eso vale tanto como decir que cualquier cosa que emprende, la emprende desde todas las posturas posibles (la de actor cuando es director, y viceversa; la del compositor cuando sólo canta y al revés; la del poeta cuando recita, y al contrario). Hay en ello un arte, un oficio y, de alguna manera, una humildad paciente y artesana.
Estas tres últimas cosas, creo, han hecho de él no sólo un artista muy valioso sino, también, un «rescatador» de nuestro folklore. Esto se ha dicho muchas veces, pero nunca está de más señalarlo. Cuando uno escucha cualquiera de los dos volúmenes de su «Herencia Lírica Mexicana»; no puede sino reconocer su fidelidad a una tradición (que es otro de los aspectos de cualquier oficio) no siempre muy bien conservada por los cantantes y las compañías grabadoras. Es como si Chávez hubiera debido «aventar» los granos de la cosecha para limpiarle la paja.
Cuando digo que ha sido fiel a una tradición, lo digo en dos sentidos. Primero no ha acudido a los amaneriamientos virtuosistas; y el segundo, pero no menos importante, porque su fidelidad es lo contrario de una literalidad; no fija formas sino que permite, y hasta justifica, las variaciones, los juegos, los arreglos musicales. Esto lo salva de los purismos académicos y, a la vez, le permite mostrar la vitalidad de una tradición musical a la que ha dedicado tanto su estudio como su talento.
Pero toda esta preocupación por una tradición y un folklore es más, generalmente, una preocupación por la cultura y el modo de vida de un pueblo. En este sentido, todo interés por el folklore es político. Por ello, creo, es común incluir la canción de protesta (generalmente firmada por un autor) en el folklore. La razón de esto es de alguna manera política y en su forma más inmediata y elemental, es solidaridad. Aún cuando no estemos de acuerdo en llamar Folklórica a la canción de protesta, el paso de la una a la otra nos seguirá pareciendo natural. Lo raro sería que alguien que canta canciones populares, en el más estricto sentido de la palabra: Canciones del pueblo, no hiciera suya el alma de ellas; lo extraño sería que un jaranero que interpreta música Veracruzana, escribiera en su casa canciones secretas para Dean Martín.
La solidaridad es aquí una coherencia y ambas se someten a la prueba de fuego cuando se trata de producir un disco que sea, a la vez, fiel en las interpretaciones y el fiel en las creaciones (Oscar Chávez mezcla a menudo canciones populares y de protesta en sus discos). Esta prueba solo es superada si el gusto ha sabido dirigir la selección hacia la coherencia y la fidelidad en la forma y en el contenido; es decir, si no ha falseado la forma tradicional a favor del virtuosismo y la comercialización, y si no ha traicionado lo que toda canción folklórica tiene de política en nombre de los esquemas que inventan aquello con lo que quieren ser solidarios. Aquí, una vez más, Oscar Chávez suma su oficio a su talento y hace de su fidelidad una solidaridad y de su solidaridad hace una fidelidad. La claridad y la efectividad de sus canciones, tanto como su belleza, así lo muestran.
Pero no todo es tan serio. Así como el folklore es, en algún sentido, político, la política es folklórica. Las parodias de Oscar Chávez y las sátiras que hace pesar sobre los profesionales de la política son caricaturas demoledoras. Pero, ¿meras caricaturas? Se dice que la realidad copia al arte. Lo patético comienza cuando la realidad copia a las caricaturas; pero lo patético puede muy bien ser motivo de burla y carcajada, así como de indignación horrorizada. La ironía es sin duda un arma poderosa; no voy a decir que el ridículo de algunos políticos mexicanos sea mérito exclusivo de Chávez; no, los mismos políticos podrían compartir con él los derechos de autor y gozar de los beneficios de una gira, pero seguramente la burla de Oscar Chávez les hace recelar y decidir no ponerse debajo de las lámparas y frente al público. Entonces Chávez saca la fotografía o la caricatura de ellos y los presenta como en la vida real. Lo que quiero decir es que el arte de la parodia política es, para él, un arte fundamentalmente realista. No creo que nada que no sea capaz de reírse de la política pueda ser realmente político; quien no sabe reírse buenamente de la realidad no puede ser un buen crítico. Oscar Chávez lo es.
Que Te Vaya Bien
Oscar Chávez Lyrics
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Y a mí me desprecies
No me importa que solo me dejes
Llorando tu amor
Eres libre de amar en la vida
Y yo no te culpo
Si tu alma no supo quererme
Como te quiero yo
Sé muy bien que es en vano pedirte
Que vuelvas conmigo
Porque sé que tú siempre has mentido
Jurándome amor
Y yo en cambio no quiero engañarte
Ni dañar tu vida
Soy sincero y sabré perdonarte
Sin guardar rencor
No creas que siento despecho
Al ver que te alejas
Si me dejas por un nuevo amor
Te dejo también
Que al fin con el tiempo el olvido
Curará mis penas
Sigue feliz tu camino
Y que te vaya bien
No creas que siento despecho
Al ver que te alejas
Si me dejas por un nuevo amor
Te dejo también
Que al fin con el tiempo el olvido
Curará mis penas
Sigue feliz tu camino
Y que te vaya bien
Que te vaya bien, que te vaya bien
The lyrics of Óscar Chávez's "Que te vaya bien" speak of unrequited love and the acceptance that comes with it. The singer acknowledges that the person they love may not love them back and that they are free to love someone else. The singer is aware that their pleas for the person to return to them are futile since the person has always lied to them about their love. The singer is simply honest and doesn't want to harm the person's life. They will forgive them without resentment. The singer ends the song by saying that they do not feel resentment towards the person for leaving and that they wish them the best.
The song speaks of a significant personal growth in the singer. The singer has come to the recognition that it is better to let go of love rather than hold onto something that is not reciprocated. Instead, they choose to move on without causing harm to the other person. This growth demonstrates the capacity of the singer to accept the situation, to forgive without ill intention, and to let go of the love.
Moreover, the song addresses a universal topic: the pain of unrequited love. We all have experienced a similar situation, and this song speaks to the hope that it is better to let go of love, that the pain will eventually heal with time, and finally, it’s an acceptance of life's events.
Line by Line Meaning
No me importa que quieras a otro
I don't care if you love someone else
Y a mí me desprecies
And you despise me
No me importa que solo me dejes
I don't mind if you just leave me
Llorando tu amor
Crying for your love
Eres libre de amar en la vida
You're free to love in life
Y yo no te culpo
And I don't blame you
Si tu alma no supo quererme
If your soul didn't know how to love me
Como te quiero yo
Like I love you
Sé muy bien que es en vano pedirte
I know very well it's useless to ask you
Que vuelvas conmigo
To come back to me
Porque sé que tú siempre has mentido
Because I know you've always lied
Jurándome amor
Swearing love to me
Y yo en cambio no quiero engañarte
And instead, I don't want to deceive you
Ni dañar tu vida
Nor harm your life
Soy sincero y sabré perdonarte
I'm sincere and will forgive you
Sin guardar rencor
Without holding a grudge
No creas que siento despecho
Don't think I feel resentment
Al ver que te alejas
As you walk away
Si me dejas por un nuevo amor
If you leave me for a new love
Te dejo también
I'll also leave you
Que al fin con el tiempo el olvido
Because in the end, with time, forgetfulness
Curará mis penas
Will heal my pains
Sigue feliz tu camino
Go on your path happily
Y que te vaya bien
And may you do well
Que te vaya bien, que te vaya bien
May you do well, may you do well
Lyrics © O/B/O APRA AMCOS
Written by: Federico Baena Solis
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